El embate contra la corriente crítica de la Facultad de Economía sigue su curso. Ahora nos encontramos en un proceso de censura y discriminación en contra de los académicos que fomentan y participan activamente en la defensa de la enseñanza crítica de la ciencia económica.
Muestra de ello es la precaria situación laboral en la que se encuentra la Academia de Economía Política, ya que:
1. A pesar de que por jubilación, renuncia, sabáticos, permisos, se abren espacios laborales para profesores de asignatura, éstos no han sido sometidos a procesos que puedan derivar en su asignación transparente, a diferentes académicos de nuestra Facultad, porque, por más de diez años, no se habían abierto plazas de tiempo completo para la Academia de Economía Política.
2. La mayoría de los profesores que laboran en el área de Economía Política son trabajadores académicos de hora clase, lo cual les impone una dinámica de incertidumbre que no les permite dedicarse el tiempo necesario para desarrollar adecuadamente sus labores docentes. Así, están obligados a buscar opciones laborales en otras instituciones.
Sin embargo, en 2006, después de reiteradas demandas por parte de los profesores, se abrió un espacio para llevar a cabo un Concurso de Oposición Abierto, correspondiente a una plaza de Tiempo Completo, categoría “A”, en el área de Economía Política. En dicho concurso, quedaron tres finalistas y, tras un largo proceso de evaluación, fue declarada ganadora la profesora Ana Alicia Peña López. En contraparte, y contrariando el fallo de la Comisión Dictaminadora (la cual reconoció la capacidad y trayectoria académica de la profesora), se inició un proceso encaminado a suspender el otorgamiento de la plaza ganada por la profesora Peña. Se trata ahora de un proceso amañado, ya que, bajo la figura de las impugnaciones interpuestas por los dos concursantes, se hace un desconocimiento de lo ya ratificado por el Jurado Calificador del Concurso y por la propia Comisión Dictaminadora, es decir, la declaratoria del Consejo aprobando la plaza para la profesora Peña.
El verdadero problema no es si la profesora tiene o no la capacidad para dicha asignación (ya que esto fue reconocido por la comisión dictaminadora y ratificado por el consejo técnico). El problema de fondo es la escasez de plazas que han fomentado las autoridades bajo los siguientes mecanismos:
1.- Asignación de plazas de forma discrecional por artículo 51.
2.- Retención de plazas durante años sin abrir concursos de oposición para ocuparlas.
3.- Alargamiento de los procesos de los Concursos de Oposición Abiertos.
4.- Asignación de plazas desocupadas para administrativos, lo cual provoca
que se reduzcan los espacios para los académicos.
Esto propicia, a su vez, el enfrentamiento entre profesores por la escasez de plazas provocada por las autoridades.
En el caso especifico de la profesora Ana Alicia Peña, el desconocimiento de su victoria responde más a intereses políticos que académicos, ya que ella se ha caracterizado, en los últimos años, por defender, a través de su participación activa en la academia, el carácter crítico y social de la enseñanza económica que se imparte en esta Facultad. Por ello, la censura de la que es víctima, tiene que leerse a través de la estrategia seguida por las autoridades de nuestra escuela, consistente en reducir espacios que generen, fomenten y difundan la crítica de la economía política. Ejemplo de ello es la insistencia por orientarnos a una formación técnico-empresarial, muy alejada del carácter social que caracteriza a esta institución; la reducción de espacios académicos y culturales como el cine club de la Academia de Economía Política, entre otros.
Por tanto, a lo que nos enfrentamos es a un embate sistemático contra la Academia de Economía Política, que tiene que ver con la no apertura de plazas en sus distintas modalidades. Mientras que otras academias, específicamente Teoría Económica, se han beneficiado con un otorgamiento ilimitado de plazas.
Creemos necesario hacer las siguientes consideraciones.
A) No se cuestiona el derecho de impugnar de los otros profesores concursantes, sino el que este mecanismo ha sido utilizado para censurar específicamente a un miembro de la Academia de Economía Política, ya que dicho sea de paso, las impugnaciones no proceden y esto fue reconocido públicamente en la sesión de Consejo Técnico del 1º de febrero de 2008, pues primero no hubo consenso al interior de las comisiones sobre el supuesto incumplimiento de los requisitos por parte de la profesora Peña para participar en el concurso. Segundo, el mismo presidente del CT (Roberto Escalante) hizo una propuesta donde dejaba atrás la discusión inicial, al proponer la repetición del proceso con los mismos concursantes, pero sólo de la prueba académica. Sin embargo, esta evaluación ya se realizó, resultando Ana Alicia Peña con la evaluación más alta, es decir, el director y presidente de CT, al aceptar que nuevamente la profesora participe, esta implícitamente diciendo que ella cumplió y cumple con los requisitos para concursar.
B) En caso de que no se ratifique como ganadora del concurso a la profesora Ana Alicia Peña, se profundizará la crisis de gobernabilidad en la que está inmersa la Facultad de Economía. Por lo que debe quedar claro que, al permitir la repetición del concurso y la negativa a reconocer el triunfo de Ana Alicia Peña, habría un retroceso en las formas de asignación de plazas, porque deja ver la manera discrecional de administrar esta facultad por parte de las autoridades, ya que sin sentido alguno, ni explicación coherente, desconocen procesos que ellos mismos norman.
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